la localidad de CATACAOS

Los Artesanos de Catacaos tienen un ganado prestigio como excelentes joyeros y su trabajo delicado de filigrana que son obras entretejidas con hilos de oro y plata, cuyo máximo esplendor son los hermosos pendientes llamados "dormilonas" de oro que llevan el lóbulo de la oreja las mujeres cataquenses y en el que intervienen en su fabricación todos los miembros de una misma familia. Por otro lado el sombrero de paja es producto de la habilidad de la Mujer Cataquense que logro hacer lucir a los Nobles y Plebeyos dándoles frescura y sombra. Se dice que los sombreros de paja de mejor calidad son cofeccionados o tejidos durante la noche y en determinadas estaciones, cuyo secreto es guardado celosamente por las tejedoras de sombrero. Como a 5 minutos antes de llegar a Catacaos se encuentra Simbila, conocida por sus famosos alfareros, creadores de cántaros, ollas y jarras de barro o arcilla.

Piura es una ciudad tan alegre que su gente tiene el habla cantarina. Fue donde Francisco Pizarro fundó la primera ciudad española, San Miguel de Piura, en 1532. El arte está en las iglesias coloniales y en el pueblo de Catacaos, el cual produce una bella artesanía de paja y algodón, filigranas en oro y plata y deliciosos platos en las picanterías.

La costa del departamento de Piura ofrece uno de los más variados circuitos de diversión. Muy cerca de Tumbes se encuentra Máncora, balneario de hermosas playas y aguas tranquilas. Hacia el sur está Cabo Blanco, ideal para correr olas pues tiene una de las mejores olas del Pacífico. Cabo Blanco se hizo famoso por que, junto con el jet set norteamericano, arribó Ernest Hemingway atraído por los records mundiales de pesca. El Balneario de la ciudad de Piura es Colán, donde sus hermosas casas están casi en el mar.

Restos arqueológicos de Narihualá (Fortaleza de Narihualá)
A 10 km de la ciudad de Piura (15 minutos en auto aproximadamente), se llega hasta la localidad de Catacaos, desde allí se recorren 3 km más hasta el sitio arqueológico (10 minutos en auto aproximadamente)

ESCRITO POR: LUIS ARTURO FEIJOO VILLAR